Como afecta en los niños tener padres perfeccionistas

padres perfeccionistas

Las razones por la que las personas quieren tener hijos pueden ser variadas y cada persona tiene derecho a tener sus propios argumentos. Sin embargo, consciente o inconscientemente utilizamos a nuestros hijos para proyectar nuestros miedos, nuestras frustraciones y todo aquello que no les corresponde cargar.

Muchos padres exigen demasiado a sus hijos, incluso más de lo que física y mentalmente pueden dar, les atribuyen sueños que ellos no pudieron cumplir o siguen patrones de crianza que vienen desde sus padres.

¿Afecta ser padres perfeccionistas con nuestros hijos? ¿Cómo?. Si, afecta y afecta para toda la vida, te cuento en este artículo de qué manera los niños sufren este tipo de crianza.

Rompe con la autonomía

El perfeccionismo y los sueños frustrados van de la mano, ya que aquellos padres que ponen actividades en sus hijos que ellos siempre quisieron realizar o lo dejaron truncado generalmente serán muy exigentes con sus hijos, pues quieren que sean los mejores en esta actividad, sin importar si el niño o niña disfrute de dicha actividad, si tiene la pasión o el talento.

La opinión del niño no es primordial por que los padres perfeccionistas pensarán que siempre saben lo que es mejor para sus hijos. Esto rompe con la autonomía del niño, sus propias metas, sus gustos, sus pasiones, sus sueños siempre serán reprimidos y se sentirán obligados a cumplir con las expectativas de los padres para no defraudarlos ni herirlos.

Más por los demás, menos para tí

Esta frase no la digo en un buen sentido, si no en el hecho de concentrarnos más en complacer a los demás y menos en lo que nosotros de verdad queremos.

Las personas perfeccionistas suelen ser muy exigentes consigo mismos, con sus hijos o con quienes los rodean para dar el máximo, pero no necesariamente por ellos si no por la aprobación social, por el reconocimiento, los premios…

Así se sienten más valiosos como seres humanos y esto lo vamos proyectando en los niños al exigirles que todo lo que hagan sea sin ningún más mínimo error, el niño aprenderá que su valía depende de su perfección.

Baja autoestima

Viniendo de los puntos anteriores, ¿cómo creen que un niño tendrá su autoestima haciendo algo que no le gusta y viviendo para los demás?, exacto.

Cuando vivimos hacia fuera y no hacia dentro nuestra felicidad está siendo mal enfocada y por tanto nuestra autoestima está siendo una máscara en la que si los demás nos aprueban estamos bien y si nos reprueban estamos mal.

Es normal que nos afecte el no causar buen impacto social pero que de ello dependa nuestro bienestar no es la mejor decisión.

El hecho de no hacer lo que nos apasiona y trabajar por otros hará que los niños no tengan confianza en sí mismos y crecerán con la idea de que solo la aprobación externa da felicidad.

Insatisfación

Cuando nada es suficiente para nuestros padres perfeccionistas, nada es suficiente para nosotros.

Si los padres nunca premian o felicitan a sus hijos con la intención de que den siempre más de sí y no sean conformistas, serán unas personas que jamás estarán satisfechas con nada de lo que hagan.

Por más perfectos que sean en su interior siempre habrá un vacío, un vacío que viene de no haberse sentido nunca suficiente para sus padres.

Siguiendo patrones

En muchas ocasiones el patrón continúa, los hijos son así con sus hijos, amigos y gente cercana, continuando con estas ideas erróneas de lo que es la vida, la felicidad y los logros propios.

Haciendo lo contrario

Hay dos maneras en que la forma de crianza nos repercute, una es siguiendo los mismos patrones y otra es hacer totalmente lo contrario en un nivel extremista.

Los hijos sienten tanto resentimiento hacia la forma en que sus padres perfeccionistas los trataron que inconscientemente deciden hacer lo opuesto. Por ejemplo, de unos padres perfeccionistas podrían surgir unos hijos desaliñados, hippies, parranderos, y cualquier forma de personalidad que rompa con los esquemas generales de lo que para los padres significa perfección social.

Si consideras que eres una persona perfeccionista, obsesiva o extremista, te recomiendo pedir ayuda psicológica porque tus miedos, temores y tu día a día es algo que repercute a tus hijos en cada paso, cada palabra y cada cosa que entregas.