La fimosis infantil es la dificultad o imposibilidad de retraer el prepucio (la piel que cubre el glande) del pene. Es común en bebés y niños pequeños y suele resolverse sola con el tiempo. En algunos casos, requiere tratamiento médico o quirúrgico. Ignorarla puede causar infecciones, dolor o problemas al orinar. Siempre conviene consultar con un pediatra o urólogo infantil.
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¿Qué es la fimosis en niños?
La fimosis es una condición en la que el prepucio no puede deslizarse hacia atrás para descubrir completamente el glande del pene. En los recién nacidos y niños pequeños es algo normal y fisiológico, ya que el prepucio está naturalmente adherido al glande. Con el crecimiento y las erecciones espontáneas, esta adherencia suele desaparecer de forma progresiva entre los 3 y 5 años de edad, aunque en algunos casos puede tardar más.
Causas de la fimosis
Existen dos tipos de fimosis, según su origen:
Fimosis fisiológica
Es la más común en bebés y niños pequeños, y se debe a la inmadurez natural del prepucio. Generalmente se resuelve sin intervención médica conforme el niño crece.
Fimosis patológica
Aparece cuando hay inflamación, cicatrices o infecciones repetidas (balanitis). También puede deberse a una retracción forzada del prepucio antes de tiempo, lo que provoca microlesiones y estrechamiento de la piel.
Tratamientos naturales y cuidados en casa
En la mayoría de los casos no se necesita un tratamiento agresivo. Algunas medidas ayudan a mejorar la elasticidad del prepucio:
Tratamientos naturales o conservadores
Higiene adecuada: limpiar suavemente el pene con agua tibia (sin forzar la piel).
Baños templados: ayudan a suavizar la piel del prepucio.
Masajes suaves: una vez autorizado por el pediatra, realizar movimientos muy delicados de retracción parcial (sin dolor).
Cremas naturales emolientes: pueden hidratar la piel, aunque no sustituyen al tratamiento médico si hay complicaciones.
Importante: nunca se debe forzar el prepucio. Esto puede provocar heridas, sangrado o cicatrices que empeoren la fimosis.
Tratamientos médicos
Si la fimosis persiste después de los 5-6 años o causa molestias, el pediatra o urólogo infantil puede indicar:
Tratamiento con cremas de corticoides
Se aplican sobre el prepucio durante 4 a 8 semanas. Favorecen la elasticidad de la piel y permiten una retracción progresiva. Tienen una alta tasa de éxito (70-90%) si se usan correctamente.
Cirugía (circuncisión o postectomía)
Se reserva para casos graves, cuando el tratamiento tópico no funciona. Consiste en retirar total o parcialmente el prepucio. Es una intervención sencilla, rápida y con buenos resultados.
Complicaciones si no se trata la fimosis
Si la fimosis patológica no se trata a tiempo, pueden surgir problemas como:
- Infecciones urinarias o balanitis (inflamación del glande).
- Dolor o sangrado al orinar o durante la erección.
- Parafimosis: el prepucio queda atrapado detrás del glande y no puede volver a su posición normal (urgencia médica).
- Problemas de higiene o acumulación de esmegma.
- En la edad adulta, molestias durante las relaciones sexuales.
¿Qué hacer si mi hijo tiene fimosis?
- No intentes retraer el prepucio por la fuerza.
- Mantén una buena higiene diaria, sin usar jabones irritantes.
- Consulta con el pediatra, especialmente si hay dolor, enrojecimiento o dificultad al orinar.
- Sigue las indicaciones médicas: si te recetan crema, aplica la cantidad indicada y durante el tiempo pautado.
- Evita remedios caseros sin evidencia médica, ya que pueden irritar la piel.
Ejercicios para mejorar la fimosis en niños
Importante: estos ejercicios solo deben hacerse si el pediatra lo ha autorizado. Nunca deben causar dolor ni forzarse. Si hay inflamación o enrojecimiento, hay que suspenderlos.
1. Retracción suave del prepucio
Con las manos limpias y el pene relajado, el niño (o el padre/madre si el pequeño es pequeño) puede mover suavemente el prepucio hacia atrás, solo hasta donde no haya dolor.
Mantener la posición durante unos segundos (5–10 s) y luego volver a la posición normal.
Repetir 2 o 3 veces al día, preferiblemente durante el baño, cuando la piel está más elástica.
Este ejercicio favorece el estiramiento progresivo de la piel y puede dar buenos resultados con constancia.
2. Ejercicio con crema (indicado por el médico)
Si el pediatra prescribe una crema con corticoide o emoliente, se aplica una pequeña cantidad en el borde del prepucio.
Luego se realiza la retracción suave, como en el ejercicio anterior.
Esto combina la acción mecánica (el estiramiento) con la química (la crema), mejorando la elasticidad más rápido.
3. Ejercicio durante la higiene
En el baño, el agua tibia ayuda a relajar la piel del prepucio.
Se puede aprovechar para hacer movimientos suaves de retracción y limpieza, sin intentar descubrir completamente el glande.
Con el tiempo, la piel irá cediendo de forma natural.
Qué no hacer
- No tirar del prepucio con fuerza. Puede causar microdesgarros, sangrado o cicatrices que empeoren la fimosis.
- No usar objetos ni utensilios para “ayudar” a retraer la piel.
- No aplicar cremas o remedios caseros sin indicación médica.
- Cuándo acudir al médico
- Acude al pediatra o urólogo infantil si observas:
- Dolor o sangrado al intentar retraer.
- Dificultad para orinar o inflamación del prepucio.
- Enrojecimiento, secreción o mal olor.
- El prepucio se atasca detrás del glande (parafimosis).
En conclusión la fimosis en niños es una condición muy común y, en la mayoría de los casos, se resuelve de manera natural. Sin embargo, cuando persiste o causa molestias, existen tratamientos eficaces y seguros.
La clave está en la observación, la paciencia y la orientación médica adecuada. Con un manejo correcto, no deja secuelas ni afecta la vida futura del niño.
https://youtu.be/ISPJWies0fo