El abuelo no me reconoce mamá: entender la demencia y el Alzheimer

Guía para explicarla a los niños

La demencia, incluyendo el Alzheimer, es un tema complejo y emotivo para cualquier familia. Cuando se trata de explicar esta condición a los niños, es crucial hacerlo de manera que puedan comprender, sin causarles miedo o confusión innecesaria. Aquí te ofrezco una guía detallada para navegar estas conversaciones difíciles. El abuelo no me reconoce mamá: entender la demencia y el Alzheimer

Explicación adaptada a cada edad

Para niños pequeños (3-5 años): Usa comparaciones simples y concretas que puedan entender. Puedes decir, «Sabes cómo a veces olvidas dónde dejaste tu juguete, el abuelo a veces olvida muchas cosas que antes sabía hacer o recordar.»

Para niños en edad escolar (6-12 años): Puedes explicar que el cerebro del abuelo está «enfermo» y eso hace que tenga problemas para recordar cosas, pensar claramente o controlar sus emociones. Asegúrate de reafirmar que la enfermedad no es contagiosa y que los sentimientos del abuelo hacia ellos no han cambiado.

Para adolescentes (13 años en adelante): Ofrece detalles más técnicos sobre cómo el Alzheimer o la demencia afectan el cerebro, discutiendo los aspectos biológicos y médicos de la enfermedad. Anímalos a investigar por su cuenta o incluso a acompañarte a las consultas médicas si se sienten cómodos.

Primeros síntomas y señales de advertencia

La detección temprana de la demencia puede ser crucial para la gestión de la enfermedad. Informa a tus hijos sobre los síntomas comunes para que también ellos puedan entender y notar los cambios en sus abuelos:

Pérdida de memoria que afecta las actividades diarias, como olvidar citas o repetir las mismas preguntas.

Dificultad para realizar tareas familiares, como preparar una receta o manejar las finanzas.

Confusión con el tiempo o el lugar, no recordando cómo llegaron a algún lugar o qué día es.

Cambios de humor y personalidad, mostrando desconfianza, depresión o ansiedad inusualmente.

Retiro de actividades sociales o laborales, especialmente aquellas que antes disfrutaban.

Cómo involucrar a los niños en el cuidado

Involucrar a los niños no solo les ayuda a entender la enfermedad, sino que también fortalece la relación con sus abuelos:

Crear una rutina de visitas que incluya actividades que el abuelo aún disfrute y sea capaz de realizar, como caminar en el parque o mirar álbumes de fotos.

Proyectos manuales sencillos, que pueden ser tanto estimulantes para el abuelo como divertidos para los niños, como colorear o armar modelos simples.

Leer juntos, permitiendo que el abuelo escuche o lea, según su capacidad, lo cual puede ser reconfortante para él y educativo para los niños.

Impacto emocional y soporte familiar

El diagnóstico de demencia de un ser querido puede ser devastador, y es vital reconocer y hablar sobre el impacto emocional en la familia:

Mantener una comunicación abierta donde todos los miembros de la familia puedan expresar sus sentimientos y preocupaciones.

Buscar apoyo externo, como terapias familiares o grupos de apoyo para cuidadores y familias afectadas por la demencia.

Educación continua, asistiendo a talleres o leyendo sobre cómo la enfermedad puede progresar y qué esperar en el futuro.

Y cómo hablar con los hijos sobre la posibilidad de demencia en los padres

Abordar la posibilidad de que uno mismo pueda desarrollar demencia en el futuro es un tema delicado pero esencial, especialmente cuando se ha visto a un ser querido lidiar con la enfermedad. Aquí te doy algunas pautas sobre cómo comunicar esta posibilidad a tus hijos de manera efectiva y empática.

Preparación para la conversación

Antes de hablar con tus hijos, es importante que te prepares emocionalmente para abordar sus preocupaciones y responder a sus preguntas con honestidad y calma. Reconoce tus propios sentimientos sobre el tema y busca información actualizada sobre la prevención y el manejo de la demencia para estar bien informado.

Adecuación de la conversación a la edad

Niños pequeños: A esta edad, es posible que no necesiten ni entiendan una conversación sobre la posibilidad futura de desarrollar demencia. Sin embargo, si preguntan al respecto, asegúrales que los adultos están haciendo todo lo posible para mantenerse sanos y cuidarse unos a otros.

Niños en edad escolar y adolescentes: Con estos grupos de edad, puedes ser más directo. Explícales que hay enfermedades como la demencia que afectan principalmente a las personas mayores, y que aunque es posible que suceda, hay formas de reducir el riesgo, como llevar un estilo de vida saludable y activo.

Discutir la prevención y gestión

Una parte importante de la conversación es hablar sobre las medidas preventivas y cómo la ciencia está avanzando para tratar y potencialmente prevenir la demencia. Explica que:

Estilo de vida saludable: Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente son pasos importantes que todos podemos tomar para ayudar a reducir el riesgo de demencia.

Salud mental: El manejo del estrés y la participación en actividades sociales y cognitivamente estimulantes también juegan un papel en la salud del cerebro.

Chequeos médicos regulares: Visitar al médico para chequeos regulares puede ayudar a detectar y manejar cualquier problema de salud antes de que se convierta en algo más serio.

Manejo de la incertidumbre

Es crucial abordar cualquier temor que los niños puedan tener sobre ti o sobre su propio futuro. Asegúrales que:

La demencia no es una certeza: Aunque es una posibilidad, no es algo que definitivamente ocurrirá.

La familia está junta en esto: Refuerza la idea de que como familia, ustedes se apoyarán y enfrentarán juntos cualquier desafío que pueda surgir.

Hay apoyo disponible: Existen recursos y comunidades, tanto online como locales, que ofrecen apoyo y asesoramiento para familias que enfrentan estos desafíos.

Cierre con apertura

Finaliza la conversación dejando claro que estás abierto a hablar de este tema siempre que ellos lo necesiten. Es importante que los niños se sientan seguros de venir a ti con sus preguntas o preocupaciones en cualquier momento.

En conclusión, hablar con los niños sobre la demencia de un abuelo es una oportunidad para enseñarles sobre la compasión, la resiliencia y el cambio. Aunque el tema es complejo, abordarlo con honestidad y cuidado puede ayudar a toda la familia a manejar mejor la situación, proporcionando el apoyo necesario para aquellos afectados por la enfermedad