Las alergias estacionales en niños y adolescentes pueden afectar significativamente su bienestar y rendimiento escolar. Conocidas también como fiebre del heno o rinitis alérgica estacional, son respuestas del sistema inmunológico a alérgenos presentes en el aire, como el polen de árboles, hierbas y malezas, así como esporas de moho. A continuación, exploraremos cómo identificar los síntomas de las alergias estacionales en niños y adolescentes, diferenciarlos de otras enfermedades, y las opciones para aliviar los síntomas, así como las pruebas y tratamientos disponibles.
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Síntomas de las alergias estacionales
Los síntomas en niños y adolescentes son similares a los de los adultos, pero es importante prestar atención a cómo afectan su día a día:
Estornudos frecuentes y nariz congestionada o moqueo: que pueden ser molestos y distraerlos durante clases.
Picazón en la nariz, ojos o garganta: puede ser particularmente incómodo para los niños, que podrían tener dificultades para evitar frotarse los ojos o la nariz.
Ojos rojos, llorosos y con picazón: esto no solo es incómodo, sino que también puede afectar su visión y concentración.
Fatiga: la mala calidad del sueño debido a la congestión puede afectar su energía durante el día, impactando el aprendizaje y las actividades extracurriculares.
Diferenciando las alergias estacionales de otras enfermedades
A diferencia de los resfriados o la gripe, las alergias estacionales no causan fiebre. Además, mientras que un resfriado podría mejorar después de una semana, los síntomas de las alergias persisten mientras el niño esté expuesto al alérgeno. La ausencia de dolor corporal y tos severa también puede ayudar a diferenciar las alergias de otras enfermedades virales.
Aliviando los síntomas
Para ayudar a los niños y adolescentes a lidiar con las alergias estacionales, se pueden seguir estos consejos:
Minimizar la exposición al polen: mantener a los niños dentro de casa en días de alto conteo de polen y asegurarse de que las escuelas tengan buena filtración de aire.
Higiene personal y del entorno: animarlos a ducharse y cambiar de ropa después de jugar o estar al aire libre. Mantener las áreas de estudio y dormitorios limpias de polvo y alérgenos.
Soluciones salinas nasales: son seguras y efectivas para limpiar las vías respiratorias de los niños.
Medicación: siempre bajo consejo médico, los antihistamínicos, descongestionantes o corticosteroides nasales pueden ser recomendados.
Pruebas y tratamientos
Las pruebas cutáneas o los análisis de sangre específicos para alérgenos, pueden ayudar a identificar a qué sustancias son alérgicos los niños o adolescentes. Con esta información, los médicos pueden recomendar el mejor tratamiento.
Antihistamínicos: pueden ayudar a controlar el picor, los estornudos y el moqueo.
Descongestionantes: útiles para aliviar la congestión nasal, aunque se deben usar con precaución en niños.
Corticosteroides nasales: para reducir la inflamación en las vías nasales.
Inmunoterapia: a largo plazo, puede ser una opción para desensibilizar al cuerpo a los alérgenos, especialmente en casos severos.
En conclusión las alergias estacionales pueden ser un desafío para niños y adolescentes, pero con el diagnóstico correcto, medidas preventivas adecuadas, y el tratamiento apropiado, es posible minimizar su impacto. Mantener una comunicación abierta con maestros y cuidadores es crucial para gestionar los síntomas de manera efectiva y asegurar que los jóvenes puedan disfrutar de su infancia y adolescencia con la menor cantidad de molestias posible.