Apoyando a un hijo con pensamientos suicidas: una guía para padres

Enfrentar la realidad de que un hijo o hija tiene pensamientos suicidas o ha intentado suicidarse es una de las situaciones más difíciles y dolorosas para cualquier padre. Es crucial abordar esta situación con sensibilidad, comprensión y acciones concretas. Este artículo proporciona orientaciones sobre cómo los padres pueden brindar apoyo efectivo en estas circunstancias.

Apoyar a un hijo con pensamientos suicidas
Apoyar a un hijo con pensamientos suicidas

Reconociendo las señales de advertencia.

Es fundamental que los padres estén atentos a ciertas señales que pueden indicar que su hijo o hija está luchando con pensamientos suicidas. Estas señales pueden variar, pero hay algunas comunes que deben ser motivo de atención.

Cambios drásticos en el comportamiento.

  • Ejemplo: Si un adolescente que normalmente es extrovertido y social comienza a aislarse, rechaza actividades que antes disfrutaba o muestra una falta de interés en interactuar con amigos y familiares, puede ser una señal de alarma.
  • Ejemplo: Un cambio repentino de un comportamiento tranquilo a uno agresivo o impulsivo también puede ser una señal de que algo no está bien.

Aislamiento.

  • Ejemplo: María, una estudiante de secundaria, comenzó a pasar la mayor parte del tiempo en su habitación, evitando las comidas familiares y reduciendo significativamente su interacción con amigos y familiares.

Expresiones de desesperanza.

  • Ejemplo: Comentarios como “Nada importa”, “No veo un futuro para mí” o “Estarían mejor sin mí” son alarmantes. Aunque a veces pueden parecer dramáticos o parte de una mala racha, deben tomarse en serio.

Disminución en el rendimiento escolar.

  • Ejemplo: Un descenso notable en las calificaciones o en la participación en actividades escolares, como dejar equipos deportivos o clubes en los que anteriormente el joven estaba activamente involucrado.

Cambios en los patrones de sueño y alimentación.

  • Ejemplo: Un adolescente que solía dormir regularmente toda la noche y ahora sufre de insomnio crónico o, por el contrario, duerme excesivamente durante el día.
  • Ejemplo: Cambios significativos en los hábitos alimenticios, como la pérdida o el aumento repentino de peso sin una causa aparente.

Comentarios sobre la muerte o el suicidio.

  • Ejemplo: Tomar en serio cualquier comentario relacionado con la muerte o el suicidio, incluso si se hace en un contexto que parece casual o en broma. Por ejemplo, si un adolescente dice algo como “A veces pienso que sería más fácil no estar aquí” o “Si no me despierto mañana, no importaría”, es una señal de alerta importante.

Estas señales no siempre significan que un joven está considerando el suicidio, pero indican que está pasando por un momento difícil y necesita apoyo. Los padres deben abordar estas preocupaciones de manera sensible y buscar la ayuda de profesionales de la salud mental. La prevención del suicidio comienza con reconocer y actuar sobre estas señales de advertencia.

2. Creando un espacio seguro para la comunicación.

Es vital que los padres creen un ambiente donde sus hijos se sientan seguros y apoyados para expresar sus sentimientos y pensamientos más profundos sin temor a ser juzgados.

Establecer un ambiente de confianza.

  • Ejemplo: Los padres de Carlos, un adolescente de 16 años, se aseguraron de que supiera que podía hablar con ellos sobre cualquier cosa. Regularmente dedicaban tiempo a conversar en un ambiente relajado, como durante paseos o mientras preparaban la cena, reiterando que su amor y apoyo eran incondicionales.

Escucha activa y empatía.

  • Ejemplo: Cuando Sofía, de 14 años, expresó sentirse abrumada y triste, sus padres no la interrumpieron ni minimizaron sus sentimientos diciendo cosas como “solo es una fase”. En cambio, escucharon atentamente, validaron sus emociones y expresaron su comprensión y preocupación.

3. Buscando ayuda profesional inmediatamente.

Cuando un joven muestra signos de pensamientos suicidas, es crucial buscar ayuda profesional de inmediato para garantizar su seguridad y bienestar.

Contactar a profesionales de la salud mental.

  • Ejemplo: Después de notar cambios preocupantes en el comportamiento de su hijo, los padres de Alejandro buscaron inmediatamente la ayuda de un psicólogo especializado en adolescentes. Esto permitió que Alejandro comenzara una terapia que abordó sus problemas subyacentes.

Urgencia en caso de intento de suicidio.

  • Ejemplo: Cuando Laura intentó suicidarse, sus padres actuaron rápidamente para obtener atención médica de emergencia. Posteriormente, colaboraron con un equipo de salud mental para desarrollar un plan de tratamiento y seguridad.

4. Participación en el tratamiento y la recuperación.

La participación activa y continua de los padres en el proceso de tratamiento y recuperación es crucial.

Involucramiento en la terapia.

  • Ejemplo: Los padres de Daniela asistieron a sesiones de terapia familiar, lo que les ayudó a comprender mejor los desafíos de su hija y a aprender cómo apoyarla de manera efectiva.

Seguimiento del tratamiento.

  • Ejemplo: Miguel y sus padres trabajaron estrechamente con su equipo de salud mental, asistiendo regularmente a citas y ajustando el tratamiento según fuera necesario. Esto incluyó la medicación prescrita y las estrategias de afrontamiento, asegurando que Miguel recibiera el apoyo integral que necesitaba.

5. Fomentando un entorno de apoyo en casa.

Crear un hogar que promueva la salud mental positiva es un aspecto clave en el apoyo a un hijo o hija con pensamientos suicidas.

Establecer rutinas estables.

  • Ejemplo: La familia de Elena estableció rutinas diarias que incluían tiempos para las comidas, el estudio y actividades de ocio. Esto proporcionó a Elena un sentido de estructura y normalidad, ayudándola a sentirse más segura y en control.

Reducir el estrés.

  • Ejemplo: La familia de Marco hizo cambios en el hogar para reducir el estrés, como designar un área tranquila para la relajación, limitar el uso excesivo de dispositivos electrónicos y asegurarse de que hubiera tiempo para actividades relajantes.

Fomentar actividades disfrutables.

  • Ejemplo: Los padres de Lucía la animaron a participar en actividades que disfrutaba, como pintar y hacer yoga, lo que le ayudó a manejar sus emociones de manera más efectiva.

Promover la comunicación abierta.

  • Ejemplo: La familia de Juan estableció “reuniones familiares” semanales donde cada miembro podía hablar sobre sus sentimientos y preocupaciones en un ambiente de apoyo y sin juicios.

6. Educación y concientización sobre la salud mental.

Es esencial que los padres se informen y entiendan los aspectos de la salud mental, especialmente los relacionados con la crisis suicida.

Educación sobre salud mental.

  • Ejemplo: Los padres de Sofia asistieron a talleres sobre salud mental para entender mejor los trastornos depresivos y las estrategias de intervención en crisis.

Participación en grupos de apoyo.

  • Ejemplo: Carlos y su esposa se unieron a un grupo de apoyo para padres de adolescentes con problemas de salud mental, lo que les proporcionó un espacio para compartir experiencias y aprender de otros en situaciones similares.

7. Cuidando la salud mental de los padres.

Es crucial que los padres también cuiden su propia salud mental durante estos tiempos desafiantes.

Buscar apoyo personal.

  • Ejemplo: Después de enfrentar el intento de suicidio de su hija, María buscó terapia individual para manejar sus propios sentimientos de miedo y ansiedad, lo que la ayudó a estar más presente y apoyar mejor a su hija.

Practicar el autocuidado.

  • Ejemplo: El padre de Diego se aseguró de mantener sus propias rutinas de ejercicio y pasatiempos, entendiendo que cuidar su bienestar era esencial para poder cuidar de su hijo.

Estos ejemplos ilustran cómo los padres pueden desempeñar un papel activo y comprensivo en la identificación, intervención y recuperación de un hijo con pensamientos suicidas. La comunicación abierta, la búsqueda de ayuda profesional y el involucramiento en el tratamiento son pasos esenciales para apoyar a un joven en crisis.

También subrayan la importancia de crear un ambiente de apoyo en casa, educarse sobre la salud mental y cuidar la salud mental de los padres. Cada uno de estos aspectos juega un papel crucial en el apoyo a un joven en crisis y en la prevención de futuros problemas.

El apoyo de los padres es un pilar fundamental en el camino hacia la recuperación de un hijo o hija con pensamientos suicidas. Es un proceso desafiante que requiere paciencia, amor y la disposición para buscar y aceptar ayuda profesional. Recordar que no están solos y que hay recursos disponibles para apoyar tanto al joven como a la familia es esencial en este difícil viaje.

Es importante destacar que cada situación es única y lo que funciona para una familia puede no ser adecuado para otra. La clave es el amor, la paciencia, la comprensión y buscar ayuda profesional adecuada.

En España y México a donde llamar.

En España se cuenta con el 024 se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos o riesgo de conducta suicida, a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa por los profesionales.

Llamar al 024 es muy sencillo. Puede hacerse desde cualquier tipo de teléfono. Además, es un teléfono:

  • Gratuito
  • Accesible para personas con discapacidad
  • Anónimo
  • Confidencial
  • Disponible las 24 horas del día, 7 días a la semana, todos los días del año
  • Presta atención en varios idiomas

En México han implantado un programa llamado “Di sí a la vida”, Esta iniciativa se enfoca en brindar primeros auxilios psicológicos a personas en riesgo de suicidio, opera las 24 horas del día, los siete días de la semana, brindando apoyo emocional y psicológico a personas en crisis. Además, se ha integrado el Chat de Confianza (55) 5533-5533 WhatsApp como medio de contacto, permitiendo una interacción constante y creciente con aquellos que buscan ayuda.

Busca ayuda, no estas solo!!!

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