Sexo, relaciones y protección: cómo y cuándo hablarlo con tus hijos

Hablar de sexo con los hijos puede resultar incómodo, pero es una de las conversaciones más importantes que podemos tener como madres y padres. Lejos de ser una charla única y definitiva, la educación sexual es un proceso continuo que debe acompañar a nuestros hijos en cada etapa de su desarrollo, desde la curiosidad infantil hasta la adolescencia, cuando comienzan a explorar su identidad, su cuerpo y sus relaciones con los demás. Sexo, relaciones y protección: cómo y cuándo hablarlo con tus hijos

Muchos padres se preguntan:
¿Cuándo es el momento adecuado para hablar de sexo? ¿Por dónde empiezo? ¿Qué palabras uso? ¿Y si les estoy diciendo demasiado pronto?

La verdad es que si tú no hablas con ellos, otros lo harán: sus amigos, Internet, las redes sociales o la pornografía. Por eso, es mejor que la información venga de una fuente segura, amorosa y confiable: tú.

¿Cuándo empezar a hablar sobre sexualidad?

La conversación sobre sexualidad no empieza con la palabra “sexo”. Comienza cuando los niños preguntan cómo nacen los bebés, cuando reconocen las diferencias entre niños y niñas, o cuando nombran las partes de su cuerpo.

En la preadolescencia (alrededor de los 9-12 años), y especialmente en la adolescencia, las preguntas cambian. Ya no solo quieren saber “cómo funciona”, sino también “cómo se siente”, “qué significa” y “qué consecuencias puede tener”.

La clave es adaptar la información a su edad y madurez emocional, y mantener una conversación abierta, continua y libre de juicios.

¿Cómo empezar la conversación?

  1. Elige un buen momento y lugar. Aprovecha una situación natural: una escena en una película, una noticia, una pregunta espontánea, o incluso un paseo sin pantallas. Lo ideal es que sea en un lugar privado y sin prisas.

  2. Habla desde tu rol, no como experto. No necesitas saberlo todo. Puedes decir: “Es normal que tengas dudas sobre esto. Si no sé responder algo, lo buscamos juntos.”

  3. Normaliza el tema. Si actúas con nerviosismo o evasión, tu hijo entenderá que es un tema tabú. Usa un lenguaje claro, sin infantilizar ni dramatizar.

Temas clave que todo padre debería abordar con sus hijos

Diferencias entre hombres y mujeres

Explícales que hay diferencias físicas (anatómicas y hormonales), pero que hombres y mujeres tienen los mismos derechos, emociones, capacidades y dignidad. Introducir desde pequeños una visión de igualdad de género es esencial para prevenir relaciones abusivas y desigualdades más adelante.

¿Qué es el sexo? ¿Y hacer el amor?

Es importante diferenciar entre lo biológico y lo emocional:

  • Relaciones sexuales: Es el acto en el que dos personas usan su cuerpo para obtener placer, intimidad o para procrear. Implica genitalidad, pero también consentimiento, respeto y responsabilidad.

  • Hacer el amor: Es una forma de hablar del sexo en un contexto afectivo, donde hay cariño, confianza y deseo mutuo. Ayuda a explicar que el sexo no debe ser una simple acción física, sino una experiencia respetuosa y compartida.

Usa frases como:

“Tener relaciones sexuales es una decisión importante. Debe ser entre personas que se respetan, se cuidan y están de acuerdo.”

La masturbación

Explícales que la masturbación es una práctica natural, común y saludable. Les ayuda a conocer su cuerpo y sus sensaciones. Es importante que entiendan que no es algo sucio ni vergonzoso, pero que debe hacerse en privado y sin interferir con otras actividades.

Evita frases de culpa o castigo. Puedes decir:

“Muchas personas se exploran a sí mismas en la adolescencia. Es una forma de conocerse. No hay nada malo en eso.”

La violación y el consentimiento

Este tema debe tratarse con especial sensibilidad, pero sin evasivas. Los adolescentes necesitan saber que:

  • El sexo sin consentimiento no es sexo, es violencia.

  • El consentimiento debe ser claro, libre y reversible.

  • El silencio no es un “sí”. El miedo, la presión o el alcohol anulan el consentimiento.

  • Nadie tiene derecho a tocar su cuerpo sin permiso.

También es crucial enseñar a respetar el “no” de los demás, incluso si son pareja o “ya habían empezado”.

Puedes usar ejemplos cotidianos o comparar con otras situaciones:

“Igual que nadie puede coger tu móvil sin permiso, nadie puede tocar tu cuerpo si tú no quieres.”

Enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Explícales qué son y cómo se contagian: a través del contacto sexual sin protección. Algunas ETS comunes son el VIH, el virus del papiloma humano (VPH), la clamidia o la sífilis. No todas dan síntomas, pero pueden ser graves si no se detectan y tratan.

Evita el discurso del miedo. En su lugar, usa la información para empoderar:

“Usar preservativo en todas las relaciones sexuales no solo evita embarazos, también protege contra enfermedades. Es una forma de cuidarse y cuidar a los demás.”

Métodos anticonceptivos y protección

Enséñales que protegerse es una muestra de responsabilidad y respeto. Lo más básico que deben saber:

  • El preservativo (masculino y femenino) es el único método que protege contra ETS.

  • Existen otros métodos como las pastillas anticonceptivas, DIU, implantes, parches, etc., pero deben ser indicados por un profesional.

  • El “coitus interruptus” no es eficaz.

  • La anticoncepción de emergencia (pastilla del día después) no debe usarse como método regular.

Lo ideal es mostrar una actitud abierta:

“Si algún día decides tener relaciones, quiero que sepas cómo hacerlo con responsabilidad. Puedes preguntarme, acompañarte o ir juntos al médico.”

Consejos finales para mantener la confianza

  • Escucha más de lo que hablas. A veces solo necesitan saber que pueden contarte lo que sienten.

  • Mantén la puerta abierta. Que sientan que pueden volver a ti si tienen una duda o una experiencia difícil.

  • Admite tus propios errores. Puedes decir: “Mis padres nunca me hablaron de esto, y por eso valoro mucho poder hablarlo contigo.”

  • Refuerza siempre su autoestima y derecho a decidir sobre su cuerpo.

En conclusión hablar de sexo con nuestros hijos no les da permiso para tener relaciones: les da herramientas para hacerlo con conciencia, respeto y cuidado, cuando llegue el momento adecuado para ellos. La información no promueve conductas de riesgo: las previene.

Como padres, somos los primeros educadores en sexualidad. No se trata de tener todas las respuestas, sino de estar disponibles, ser honestos y acompañarles con amor y sin prejuicios.